Prohibido decir imposible: 5 casos donde las limitaciones físicas son una oportunidad
Por Alejandro Agostinelli | Ciencia bruja – vie, 30 mar 2012
1. Italo Fernandes Romano es una flecha en su skateboard. El público lo sabe, por eso no le quita los ojos de encima. A los 11 años, un accidente muy grave dejó en su cuerpo secuelas irreparables; sin embargo, nunca fueron un obstáculo para él. Más bien lo contrario, porque siempre le inyectaron, dice, un entusiasmo mayor. Hace poco superó las semifinales en Tampa Pro 2012. Sus admiradores ya no ven que le faltan las piernas. Sólo disfrutan de su talento(ver el video que lo hizo famoso).
Italo nació en Curitiba, Brasil, hace 23 años. No busca participar en torneos para competir contra deportistas tullidos, cojos o paralíticos: no quiere ventajas. Sus trucos con las manos o el tronco sonpoesía en acción en un mundo donde sobran los anabólicos, los nanoimplantes y los exoesqueletos para convertir a los hombres en cyborgs poshumanos.
Después de ver a Italo con su skate ¿qué excusa convincente podemos dar para no salir a volar en nuestra propia tabla?
Italo nació en Curitiba, Brasil, hace 23 años. No busca participar en torneos para competir contra deportistas tullidos, cojos o paralíticos: no quiere ventajas. Sus trucos con las manos o el tronco sonpoesía en acción en un mundo donde sobran los anabólicos, los nanoimplantes y los exoesqueletos para convertir a los hombres en cyborgs poshumanos.
Después de ver a Italo con su skate ¿qué excusa convincente podemos dar para no salir a volar en nuestra propia tabla?
2. En las afueras de Addis Abeba, Etiopía, Sintayehu Tishale, construye bancos, mesas y artesanías de madera. Nada, ni siquiera haber nacido sin brazos víctima de una poliomielitis, le impide golpear el martillo, serruchar, usar el tono de madera o la sierra eléctrica en su taller de Welete Suk.
Tiene 42 años, cinco hijos y una facilidad asombrosa para utilizar sus pies con fina precisión de artista. "Cuando tengo la firme determinación de lograr algo, no me doy por vencido. Eso ha permitido superar mi discapacidad", explica Tishale. Uno le tiene que creer.
Tiene 42 años, cinco hijos y una facilidad asombrosa para utilizar sus pies con fina precisión de artista. "Cuando tengo la firme determinación de lograr algo, no me doy por vencido. Eso ha permitido superar mi discapacidad", explica Tishale. Uno le tiene que creer.
3. La argentina María Inés Mato fue nadadora de aguas abiertas, experta en aguas frías. Su carrera tuvo un plus que la diferencia de otros deportistas: a los 4 años debieron amputarle una pierna, a causa de un accidente.
Nacida en Buenos Aires el 3 de marzo de 1965, enseña semiología en la Universidad de Buenos Aires, donde también coordina el área deportes de la facultad de Filosofía y Letras.
Comenzó a nadar a los 6 años. A los 30 se zambulló en aguas abiertas. En 1997 atravesó los casi 50 Km. que separan la costa inglesa de la francesa por el Canal de la Mancha. No se detuvo ahí. Entre 1999 y 2001 cruzó el estrecho de Fehmarn Belt, desde Dinamarca a Alemania; el canal de Beagle, de Chile a Argentina; y el estrecho de Gibraltar, de España a Marruecos; también dio la vuelta alrededor de la isla de Manhattan.
Para profundizar su conocimiento de las aguas frías, María Inés probó las aguas de 0,5ºC del Lago Argentino, en el Glaciar Perito Moreno. En 2006, como parte de una investigación, nadó en las heladas aguas antárticas durante 20 minutos "sin traje térmico ni capa de grasa", como explicó en TED el año pasado (ver video, abajo).
En 1993 se calzó una prótesis en el muslo mutilado y comenzó a llamar a sus maratones acuáticas"viajes de cristal", ya que sumó a sus prácticas natatorias en aguas frías un flautista-lazarillo y "la meditación con cristales de cuarzo".
Cerró su carrera con otra hazaña: el 21 de marzo de 2008 cruzó el Estrecho San Carlos, en las Islas Malvinas, donde dice haber ido "a nadar al frío de nuestra historia". Ahora extraña sus aventuras bajo cero. Pero ¿quién le quita lo nadado?
Nacida en Buenos Aires el 3 de marzo de 1965, enseña semiología en la Universidad de Buenos Aires, donde también coordina el área deportes de la facultad de Filosofía y Letras.
Comenzó a nadar a los 6 años. A los 30 se zambulló en aguas abiertas. En 1997 atravesó los casi 50 Km. que separan la costa inglesa de la francesa por el Canal de la Mancha. No se detuvo ahí. Entre 1999 y 2001 cruzó el estrecho de Fehmarn Belt, desde Dinamarca a Alemania; el canal de Beagle, de Chile a Argentina; y el estrecho de Gibraltar, de España a Marruecos; también dio la vuelta alrededor de la isla de Manhattan.
Para profundizar su conocimiento de las aguas frías, María Inés probó las aguas de 0,5ºC del Lago Argentino, en el Glaciar Perito Moreno. En 2006, como parte de una investigación, nadó en las heladas aguas antárticas durante 20 minutos "sin traje térmico ni capa de grasa", como explicó en TED el año pasado (ver video, abajo).
En 1993 se calzó una prótesis en el muslo mutilado y comenzó a llamar a sus maratones acuáticas"viajes de cristal", ya que sumó a sus prácticas natatorias en aguas frías un flautista-lazarillo y "la meditación con cristales de cuarzo".
Cerró su carrera con otra hazaña: el 21 de marzo de 2008 cruzó el Estrecho San Carlos, en las Islas Malvinas, donde dice haber ido "a nadar al frío de nuestra historia". Ahora extraña sus aventuras bajo cero. Pero ¿quién le quita lo nadado?
4. ¿Quién dijo que es imposible llegar alto en silla de ruedas? Se pueden subir, por decir poco, 1.570 metros, que es la altura del Agliru, cerca de Oviedo, España. El 30 de julio del año 2000, el español Vicente Martín Calvo desafió la cumbre en silla de ruedas. Su aventura comenzó, sin entrenamiento, cinco años antes, cuando intentó subir los Lagos de Covadonga. Entonces no lo logró, por eso quiso prepararse. Y rozó el techo del cielo, el llamado Olimpo del Ciclismo, tras 3.15 horas de esfuerzo.
Hoy Calvo es leyenda.
Hoy Calvo es leyenda.
5. En 2006, Mark Inglis se convirtió en el primer escalador en hacer cumbre en el monte Everest usando para ascender dos piernas artificiales. Perdió las suyas en 1982, cuando intentó alcanzar la cima del monte más alto de Nueva Zelandia y él y su compañero, Philip Doole, quedaron atrapados en una tormenta. Intentaron encontrar un refugio, pero Mark cayó dentro de una profunda grieta de hielo en el Parque Natural de Monte Cook. Sus piernas se entumecieron hasta convertirse en dos paletas de carne congelada. Cuando 14 días más tarde la tempestad amainó, Mark fue rescatado. Los médicos evaluaron la situación. Era grave. Por eso decidieron cortarle las piernas, un poco más arriba de ambas rodillas.
Durante la escalada al monte Everest, se atrasó y pareció flaquear. Pero nada lo detuvo. El 15 de mayo del 2006, Inglis llamó a su esposa y le dijo: "Ann, estoy en la cumbre del Himalaya. Ahora iniciamos el descenso". La señal era mala. Pero el mensaje fue claro.
Mark lo había logrado. Había logrado decir, como tantos otros, que nunca conviene decir nunca.Siempre es posible triunfar contra la corriente. Hay que tener obstinación, amor propio y un fuerte deseo de autosuperación. Dicen que cualquiera puede invocar a esas tres cualidades sin temer daños colaterales. Y que casi siempre funciona. El misterio se desvela cuando lo intentamos.
Mark lo había logrado. Había logrado decir, como tantos otros, que nunca conviene decir nunca.Siempre es posible triunfar contra la corriente. Hay que tener obstinación, amor propio y un fuerte deseo de autosuperación. Dicen que cualquiera puede invocar a esas tres cualidades sin temer daños colaterales. Y que casi siempre funciona. El misterio se desvela cuando lo intentamos.
Alejandro Agostinelli es periodista y editor del blog Factor 302.4
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