Científicos de la Universidad de Minnesota han completado un ensayo espectacular al vaciar el corazón de un ratón, dejando las válvulas y el tejido nervioso, y después rellenar el conjunto con células madre procedentes de otro ejemplar. La víscera ha vuelto a funcionar. La operación equivale a considerar el corazón como un molde que, si está dañado -por ejemplo, por un infarto-, se vacía y se vuelve a rellenar con células ajenas, lo que permite reconstruirlo con éxito. Las posibilidades de aplicar este descubrimiento en humanos se abren, aunque los autores del avance indican que están muy lejos de dar semejante paso. |
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