Doblado de planos y plegado de mapas
¿Quien no se ha pelado alguna vez intentado volver a plegar un mapa?. La tarea exige un poco de práctica.
Después de un rato intentándolo, surgen siempre algunas cuestiones:
¿por que los mapas son rectangulares?
¿por que los romanos enrollaban sus mapas?
Humor aparte y con independencia de las normas al uso sobre el tema, como opinión práctica, creo que el doblado o el plegado siempre debe facilitar el uso y transporte del mapa, y en la medida de los posible no comprometer su conservación. Además debe ser diseñado para permitir una lectura cómoda de los datos principales del mapa.
El doblado o plegado es académicamente una parte del manejo de la documentación cartográfica, pero también es un área comercial, y hasta motivo de coleccionismo: según Martin Gardner existen exactamente 10.512 formas de plegar un mapa de 2×6”. ¡Casi nada!
Pero no tenemos porque preocuparnos, hoy en día existen mapas de tela que se pueden arrugar y nos evitan tener que enfrentarnos a este problema. Aunque es mucho mas elegante la solución en madera al plegado que data del siglo XVI: los mapas biombos. Otra solución al plegado que trabaja con otro tipo de materiales es la realizada durante la 2 guerra mundial: los mapas de seda. Los mapas de seda se podían ocultar en cualquier sitio, aguantan la inmersión en agua o cualquier tipo de desgarro
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