(www.neomundo.com.ar) Hoy en día, todos los medios de comunicación presentan infinidad de dietas y consejos destinados a mejorar la alimentación, la salud y la apariencia física.
Pero lograr un régimen balanceado no es tan difícil como parece, asegura un equipo de investigación. Los expertos del Servicio Nacional de Salud de Estados Unidos sostienen que comer la cantidad adecuada de alimentos de todos los grupos de comidas es una buena manera de asegurarse una dieta equilibrada y agradable.
Este tema es muy importante hoy en día dada la creciente epidemia de obesidad, que según la Organización Mundial de la Salud afecta a 300 millones de personas en todo el mundo. Esta institución calcula que 2,6 millones de personas mueren por año a causa de la obesidad o el sobrepeso, dos patologías que se detectan tanto en los países desarrollados como en el tercer mundo.
Con el fin de mejorar la alimentación y prevenir la obesidad, los especialistas refutaron cinco mitos que parecen atentar contra una buena manera de comer.
CINCO MITOS INCONVENIENTES
- Para comenzar, los científicos explicaron que los alimentos etiquetados como "Bajos en grasas" no son necesariamente sanos. Este tipo de comidas tienen menos grasas que su equivalente común, pero eso no significa que tienen pocas grasas.
Por ejemplo, una torta baja en grasas igual va a contener una cantidad significativa de calorías.
- Muy frecuentemente la gente cree que evitar los carbohidratos ayuda a mantener un buen peso, pero en realidad los alimentos como el arroz, la pasta, el pan y las papas deben ocupar el 30% de lo que cada uno come.
- A su vez comer poco se asocia a una alimentación sana, pero los especialistas recalcaron que la base del buen comer se encuentra en la variedad y en las proporciones adecuadas.
Comer mucha grasa, azúcar y sal, y dejar de lado las frutas, vegetales y fibras está muy lejos de ser lo adecuado.
- Tampoco es cierto que toda la grasa es igual, ya que las saturadas son bastante peligrosas mientras que las insaturadas traen varios beneficios. Las grasa saturadas; que se encuentran por ejemplo en las tortas, el queso, la crema y las galletitas; aumentan el nivel de colesterol y el riesgo de sufrir problemas cardíacos. Por otro lado, las grasa saturadas; como las que traen los aceites de pescado, girasol y oliva; ayudan a bajar el colesterol y brindan nutrientes esenciales.
- Finalmente, los médicos resaltaron que no agregar sal a la comida no significa que uno no esté consumiendo sal. Esto se debe a que el 75% de la sal que incorpora cada persona se encuentra en los alimentos que compra y no en la sal que agrega.
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