Hace un tiempo le pregunté a un amigo psicólogo si los manuales que venden para interpretar los sueños eran realmente útiles. Me respondió que ninguno de esos libros puede decir de manera general lo que significa un sueño, ya que cada persona desarrolla un lenguaje simbólico propio y sólo uno mismo puede interpretar o construir su significado.
Si el sueño es una de las formas en las que se expresa el inconsciente, podemos aprovechar los mensajes que éste nos manda para conocernos mejor y transformar nuestro día a día. Por lo menos así lo cree la terapeuta Layne Dalfen (miembro de la Jung Society y de la International Association for the Study of Dreams). A través de la revista psychologies.fr Dalfen dio a conocer un método muy sencillo para que cada quien analice las imagenes, símbolos, palabras y ambientes que aparecen en sus sueños y pueda sacarles provecho.
1. Registrar los sueños. Los sueños se esfuman al abrir los ojos, por eso es muy importante tener un cuaderno al lado de la cama, de manera que podamos conservar la mayor cantidad de detalles, personajes, secuencias y emociones. Una grabadora es de mucha ayuda pues nos permite registrar el sueño sin abrir los ojos.
2. Seleccionar el material. Los sueños se articulan en torno a un tema, pero en él confluyen diferentes símbolos. Hay que identificar cuáles son los más importantes, es decir, aquellos sueños recurrentes o que nos provocan emociones fuertes.
3. Identificar la problemática. Dalfen propone clasificar la información en cuatro columnas:
- 1a. columna: anota todo el relato, incluyendo los saltos o los fragmentos "en blanco".
- 2a. columna: detalla los símbolos (personas, animales, paisajes, objetos) y diálogos en cada etapa o capítulo del sueño; asócialos con la emoción que te produjeron.
- 3a. columna: intenta definir el sentido de cada símbolo a partir de una evocación personal. Por ejemplo: "hay animales extraños en mi habitación, no me dan miedo, me recuerdan aquella vez que...".
- 4a. columna: anota los aspectos repetitivos: la misma emoción provocada por situaciones diferentes, un personaje o un paisaje, las polaridades (día/noche, adentro/afuera) y las paradojas (tijeras que crean pero también destruyen). La repetición, el binarismo y la paradoja contienen un mensaje en su estructura: darnos cuenta de algo después de verlo varias veces, empujarnos a tomar un punto medio, ser capaces de mirar todas las aristas de una situación.
4. Descifrar el argumento. Los sueños más impresionantes suelen mostrarnos situaciones en las que sufrimos o nos enfrentamos a problemas que en la vida diaria no hemos resuelto. La técnica más sencilla para descifrar el mensaje es hacer una asociación directa. Hay que comenzar por los puntos más espectaculares o los que llevan emociones fuertes. Por ejemplo: un auto me va a atropellar. ¿Acaso hay algún peligro que no estoy viendo en mi vida diaria? En el caso de los sueños en los que aparecen personajes, usualmente simbolizan a otra persona de la vida diaria ligada a una preocupación precisa. Por ejemplo, soñar con un amigo que traiciona puede reflejar el miedo de ser engañado por la pareja. Los detalles o los ambientes son los que dan matices al mensaje.
5. Interpretar los roles. Cada sueño tiene una lógica interna y puede analizarse igual que una película. Si en el sueño aparecemos en el rol de una persona muy parecida en carácter o en rasgos, es probable que los demás protagonistas evoquen emociones o aspectos encubiertos de nuestra personalidad. Para escuchar lo que quieren decirnos hay que "ponernos en sus zapatos", tomar cada uno de los símbolos y ver qué sienten, qué hacen, cómo se relacionan entre ellos. Luego hay que ponerlos en diálogo para ver sus diferencias y coincidencias.
6. Retrabajar el guión. Evaluar el sueño permite descubrir si hay algo fuera de lugar en la narración. ¿Los personajes consiguen lo que buscan? ¿Qué lección se puede aprender de ellos? ¿Cuál sería un mejor final para esa historia? Al tomar distancia del sueño podemos identificar si algo falta. Generalmente eso es lo que en el día a día no hemos logrado solucionar. Si el sueño se terminó de manera terrible o se interrumpió, le podemos dar un final que nos satisfaga: ¿qué se puede modificar, ajustar, quitar? Recuerda que no se trata de establecer finales "felices" sino de iluminar los rincones escondidos de nuestra psique. En general, el campo simbólico (del sueño o de la ficción) sirve como entrenamiento para poder hacernos cargo de la vida real con más y mejores herramientas.
Al final del artículo, la terapeuta compartió un ejemplo de la aplicación de este método con uno de sus pacientes. Un estudiante de maestría soñó que estaba esperando el ascensor a un lado de la fotocopiadora. Cuando se abrieron las puertas se encontró con un hombre que lloraba y éste le explicó la razón: un profesor lo había criticado por decir que no creía en Dios. Mientras analizaba su sueño, el estudiante reparó en un detalle que parecía no ser relevante: la fotocopiadora. En esa época, el estudiante debía seguir sus estudios de doctorado, pero tenía muchas dudas. Al analizar su sueño comprendió que no deseaba seguir con el doctorado (el ascensor) porque le parecía que los egresados terminaban como seres humanos hechos en serie (fotocopiadora) con una fe ciega en ciertas ideas. El hombre que lloraba en el sueño simbolizaba a quien sale de la norma y es criticado. Finalmente, el chico decidió no seguir sus estudios.
¿Qué te parece el método? ¿Lo usarías para interpretar tus sueños?
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