CABALLO LOCO (Tasunka witko ), ERA EL JEFE INDIO DE LOS SIUX.
Crazy Horse memorial sculpture, la que va a ser la escultura más grande del mundo, en Black Hills, Dakota del Sur, USA...
medirá 195 m. de largo por 172 m. de alto, la cabeza del caballo medirá 27 m.
en esta se puede ver en pequeño escala 1/34
Korczak Ziolkowski comenzó a esculpir la cabeza de Caballo Loco hace 50 años.
1998
En el momento de su muerte, Caballo Loco debía de tener 34 o 35 años. Nadie lo fotografió ni se dejó hacer retratos. La única manera de adivinar su aspecto era a través de cinco guerreros indios, muy ancianos, que lucharon a su flanco en Little Big Horn y que aún vivían.
Korczak escuchó hechizado la historia, y pidió algo de tiempo. Se alistó como voluntario durante la Segunda Guerra Mundial. Nada más volver a Norteamérica sintió la llamada de Caballo Loco y supo que ese sería el proyecto de su vida.
Korczak rumiaba ya la idea de hacer algo distinto a los bustos egregios del Monte Rushmore, algo imponente y desafiante, que superara en altura al famoso monolito de Washington. El escultor hizo un boceto que llegó al alma a los sioux: Caballo Loco, a lomos de su corcel y apuntando con el brazo izquierdo «a las tierras donde yacen» sus muertos.
El primer año lo dedica Korczak a colonizar su montaña con el mismo espíritu de los buscadores de oro del lejano Oeste. Su casa será una pequeña tienda de campaña, y día tras día trabaja infatigable en la construcción de una escalera de madera de 741 peldaños para llegar a la cima.
En mayo del 48 llega por fin la primera explosión, que hace saltar por los aires 10 toneladas de granito. Por aquel entonces se une a la tarea titánica su mujer, Ruth, y juntos deciden echar raíces a los pies de Caballo Loco.
Despacio, aunque seguro, Korczak va ganándole la batalla a la montaña a golpe de dinamita. Subsiste a base de donaciones y rechaza una millonaria subvención del Estado, porque no quiere que los federales se apropien de su proyecto y traicionen la causa india.
Muchos lo tachan entonces de loco y lo comparan con el capitán Achab, a la caza de la ballena blanca.
Pero el escultor, que va adquiriendo un aspecto de genio alucinado, persiste en su labor y embarca en la aventura a sus hijos, 10 en total. «Si empezáis algo en vuestras vida, haced lo posible por acabarlo», es el lema que les inyecta en la sangre. En vez de apagar velas, los niños celebran sus cumpleaños con detonaciones.
De todos los hijos, hay uno que sale especialmente díscolo, Casimir. A los 16 años, sentado en el borde de lo que será algún día el dedo de Caballo Loco (entonces había que echarle muchísima imaginación), Casimir proclama: «¡Esto es una locura!», y decide dejar atrás el delirio de piedra de su padre.
Al cabo de los años vuelve, y siente el mismo y misterioso tam-tam de las Colinas Negras, y su destreza con los explosivos lo convertirán en digno sucesor de Korczak, herido ya de muerte por su amor a la montaña: decenas de huesos rotos, cuatro operaciones de espalda, artritis crónica, dos ataques al corazón...
Antes de morir, en 1982, aún tiene energías para ayudar a sus hijos a dibujar sobre la roca la silueta del caballo. Su mujer, Ruth, recoge en mano el testigo y se compromete a seguir sus designios: «Nunca olvides tus sueños».
Caballo Loco
Tasunka Witko (pronunciado tashúnka uitko. Literalmente "Su-Caballo-es-Loco") (en lengua siouxDesam) o Caballo Loco (en su traducción del inglés Crazy Horse), (4 de diciembre de 1840 (la fecha exacta no es segura) – 5 de septiembre de 1877) era el jefe de los Sioux Oglala, una tribu indígena de América notable por el valor de sus guerreros en las batallas. Reconocido por su propio pueblo como un dirigente visionario comprometido con la preservación de las tradiciones y los valores sioux, indujo a su pueblo a una guerra contra los blancos para recuperar sus tierras. Su nombre, Caballo Loco, le fue dado por soñar con un caballo salvaje.
Cuando los colonos y el ejército de Estados Unidos se lanzaron a la invasión del territorio indígena en las llanuras centrales, Caballo Loco, junto con Toro Sentado y Nube Roja, formó una alianza con otros pueblos nativos para combatir a los blancos. Dotado de gran capacidad táctica y destreza en el combate, infligió una dura derrota a los soldados estadounidense en la denominada masacre de Fetterman (1866). La presión de los colonos (buscadores de oro, cazadores de búfalos) y los constantes enfrentamientos que provocaban con los indígenas, indujeron al Gobierno de Estados Unidos a firmar un tratado de paz (Tratado del fuerte Laramie en 1868), por el que asignaba a lakotas y cheyennes terrenos propios bajo su jurisdicción autónoma. Sin embargo, Caballo Loco no aceptó el acuerdo, marchando con su pueblo fuera de la gran reserva sioux fijada por el Gobierno.
Para someter a este y otros pueblos situados fuera de los límites, el Gobierno emprendió una amplia campaña militar en 1876, en la que se produjeron las victorias indígenas de Rosebud River y Little Big Horn (1876), en la que moriría el famoso general Custer. La presión del ejército estadounidense obligó a Caballo Loco a rendirse, siendo confinado en Fort Robinson. A las pocas semanas, el 5 de septiembre de 1877, murió asesinado a bayonetazos.
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