Dirigido por el cubano-estadounidense Carlos Montaner, el documental de una hora de duración, grabado de forma clandestina en la isla, desprende a través de los testimonios recogidos, un pesimismo ácido y una insatisfacción permanente hacia el régimen cubano.
De la visión que los jóvenes entrevistados dan de la vida cubana se concluye que "no existe una vinculación emocional de éstos con el proceso histórico de la revolución", señaló el creador, hijo del periodista y escritor cubano exiliado Carlos Alberto Montaner.
El documental ofrece numerosos testimonios directos de jóvenes, la mayor parte menores de 35 años, muchos de ellos desmotivados y dominados por una suerte de apatía respecto de la posibilidad de lograr un mejor futuro. Entre los jóvenes entrevistados figuran las blogueras cubanas disidentes Yoani Sánchez y Claudia Cadelo, autoras de los blog Generación Y y Octavo Cero.
"Antes que un compromiso ideológico y emocional con la revolución que sencillamente no sienten, las prioridades de esta generación de jóvenes son aspiraciones tan simples como la libertad de viajar o de expresión, o el poder vivir decentemente", explicó Montaner.
En la cinta se expresan de forma abierta y crítica jóvenes pertenecientes a una generación que nació después del triunfo de la revolución de 1959 y que no se identifica con las leyendas ni el legado revolucionario. Los comentarios vertidos en la cinta por Gorki Águila, líder de la banda cubana de punk-rock Porno para Ricardo y crítico con el gobierno, resultan muy esclarecedores en este punto sobre la forma en que el sistema margina a los que no comulgan con su ideología.
A juicio del director, Gorki explica muy bien cómo funciona el sistema: "tu puedes participar en el sistema y éste te apoya. Pero si decides no ser parte de éste, el sistema te margina". Lo que aflora en la cinta, es el grado de frustración que impera entre los jóvenes, desinteresados de la política, venga de donde venga. "Ha habido, por parte del sistema, tanto esfuerzo por adoctrinarles que ha generado entre ellos un sentimiento de repulsa y rechazo de todo lo que huele a política", agregó.
Un testimonio conmovedor es de la también bloguera Laritza Diversent, licenciada en Derecho por la Universidad Lenin, que llegó a pensar en suicidarse tras comprobar la imposibilidad de vivir decentemente en la isla.
Pero también destaca en el documental, los mensajes pacifistas que trasladan músicos como el rapero Silvito el Libre (Silvio Liam Rodríguez), hijo del cantautor Silvio Rodríguez, o el grupo, también de rap, Los Aldeanos, crítico con la burocracia y corrupción del régimen.
Aparte de esa ausencia de compromiso emocional con la revolución que se constata entre los jóvenes cubanos, otro punto en el que coinciden los entrevistados es en el rechazo del embargo de EE.UU. contra Cuba y en la necesaria búsqueda de una salida pacífica a la situación.
Montaner explicó que un equipo de grabación estadounidense se desplazó a Cuba para la filmación, con motivo del concierto Paz sin Fronteras que Juanes y otros catorce artistas dieron en La Habana en septiembre del 2009. Sabía que en ese momento habría mucha gente en el concierto y que la seguridad iba a estar concentrada en ese lugar, lo que relajó la presencia de la policía en otras zonas de la ciudad y eso permitió realizar la grabación.
Para el cineasta, está claro que "muchos jóvenes cubanos reniegan de un compromiso emocional e ideológico con la revolución y un gobierno anquilosado que lamina la libertad de expresión y no da opciones para "tener un salario decente y poder vivir decentemente".
Un testimonio conmovedor es de la también bloguera Laritza Diversent, licenciada en Derecho por la Universidad Lenin, que llegó a pensar en suicidarse tras comprobar la imposibilidad de vivir decentemente en la isla.
Pero también destaca en el documental, los mensajes pacifistas que trasladan músicos como el rapero Silvito el Libre (Silvio Liam Rodríguez), hijo del cantautor Silvio Rodríguez, o el grupo, también de rap, Los Aldeanos, crítico con la burocracia y corrupción del régimen.
Aparte de esa ausencia de compromiso emocional con la revolución que se constata entre los jóvenes cubanos, otro punto en el que coinciden los entrevistados es en el rechazo del embargo de EE.UU. contra Cuba y en la necesaria búsqueda de una salida pacífica a la situación.
Montaner explicó que un equipo de grabación estadounidense se desplazó a Cuba para la filmación, con motivo del concierto Paz sin Fronteras que Juanes y otros catorce artistas dieron en La Habana en septiembre del 2009. Sabía que en ese momento habría mucha gente en el concierto y que la seguridad iba a estar concentrada en ese lugar, lo que relajó la presencia de la policía en otras zonas de la ciudad y eso permitió realizar la grabación.
Para el cineasta, está claro que "muchos jóvenes cubanos reniegan de un compromiso emocional e ideológico con la revolución y un gobierno anquilosado que lamina la libertad de expresión y no da opciones para "tener un salario decente y poder vivir decentemente".
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