El científico italiano Giovanni Battista della Porta descubrió cómo esconder un mensaje dentro de un huevo cocido. El método consistía en preparar una tinta mezclando una onza de alumbre y una pinta de vinagre, y luego se escribía en la cáscara. La solución penetra en la cáscara porosa y deja un mensaje en la superficie de la albúmina del huevo duro, que sólo se puede leer si se pela el huevo.
Tintas invisibles
No está claro desde qué época se comenzaron a utilizar, pero sin duda se han usado a lo largo de la historia y hasta la actualidad. Las más conocidas se pueden clasificar en dos categorías:
- Básicas: sustancias con alto contenido en carbono: leche, orina, zumo de limón, jugo de naranja, jugo de manzana, jugo de cebolla, solución azucarada, miel diluida, coca cola diluida, vino, vinagre, etc. Básicamente, sin importar cuál de las “tintas” mencionadas se utilicen, al calentar la superficie donde se escribió el mensaje invisible, el carbono reacciona apareciendo el mensaje en un tono café.
- Más sofisticadas: aparecen tras una reacción química, o tras ser expuestas a la luz de cierta longitud de onda (IR, UV, ...).
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